Los seres humanos somos una especie eminentemente sociable, requerimos de la interacción con otros para realizar nuestras actividades cotidianas, protegernos y desarrollarnos. Sin embargo, también requerimos de la interacción social para tener buena salud. Diversos estudios han mostrado que la convivencia con otros, no solo es un asunto que corresponde a la esfera psicoemocional, sino que también impacta en la salud de nuestro cuerpo y en particular de nuestro cerebro.
Una de las relaciones sociales más estrechas que una persona puede establecer es cuando decide convivir en pareja y asociarse a alguien, lo que requiere de crear lazos afectivos estables que mantengan el interés y la necesidad de interacción. Estas relaciones pueden perdurar por años creando vínculos altamente complejos. Por otro lado, vivir en pareja también puede ser un factor protector que ayude a la sobrevida y a la calidad de vida de las personas. Caso contrario, el vivir en soledad puede implicar un factor de riesgo con deterioro de la salud.
Recientemente, un grupo de investigadores han observado que las personas que viven en relaciones de pareja estables, cuentan con estilos de vida más saludables que los que viven de manera solitaria. Así mismo, se ha asociado la vida de pareja con un menor índice de mortalidad y con una menor frecuencia de desarrollo de enfermedades como la demencia. La demencia, corresponde a una alteración de las funciones del pensamiento que se caracteriza por un mayor deterioro de la memoria y del procesamiento mental. En la mayoría de los casos, se presenta una reducción en la cantidad de neuronas de la corteza cerebral y de una región del cerebro denominada hipocampo, lo que provoca que el procesamiento de funciones mentales se realicen con dificultad o lentitud. En todo el mundo alrededor de 50 millones de personas padecen algún tipo de demencia y se proyecta que para el año 2050 esa cifra se triplique, por lo que corresponde a un verdadero reto de salud pública.
La pregunta que muchos expertos se han planteado es si condiciones sociales como la viudez, el divorcio, o vivir soltero por años, realmente acarrea mayores probabilidades para el desarrollo de demencia que el vivir en pareja. Estar casado o vivir de manera estable en pareja se asocia significativamente con un menor riesgo para desarrollar demencia en la adultez. Las personas con el mayor porcentaje de riesgo para deterioro físico y por lo tanto con mayor riesgo para demencia son las personas que viven solas por periodos largos de tiempo. Al parecer, los riesgos para la salud de vivir en soledad no dependen de la cultura o el país. Los expertos han analizado estudios de todo el mundo, incluyendo países de Europa, América y Asia, determinando que independientemente de la cultura o región geográfica, los riesgos en la salud se asocian de manera importante con vivir o no en pareja.
Las personas que han enviudado, también presentan un riesgo para el desarrollo de demencia, debido a que pueden encontrarse sometidas a niveles altos de estrés y depresión, sin embargo, su riesgo es menor comparado con las personas solteras. Con respecto a las personas divorciadas, no se pudo establecer una relación entre su condición y la demencia. Sin embargo, en este grupo de personas sí se ha observado que en caso de padecer algún tipo de cáncer leve, su pronóstico es peor que para las personas que viven en pareja.
El mayor riesgo para desarrollar demencia lo presentan las personas que viven solas y en condiciones de aislamiento social. Un dato importante es que en este grupo existen diferencias dependiendo de sus niveles de educación, mientras más bajo es, implica mayor riesgo para la salud y viceversa.
Para reducir el riesgo de desarrollar demencia en personas que viven solas, se requiere de una buena educación de salud que ayude a desarrollar los cuidados necesarios del cuerpo y la mente. Uno de los primeros objetivos es reducir las fuentes de estrés o la depresión. La comisión Lancet (The Lancet Commission on dementia) recomienda poner atención a las siguientes medidas para disminuir el riesgo de desarrollo de demencia:
- 1) Realizar un tratamiento oportuno de la hipertensión arterial en personas mayores de 45 años. 2) Realizar una buena educación infantil sobre los cuidados de la salud.
- 3) Realizar ejercicio físico de manera constante.
- 4) Establecer mayores relaciones sociales.
- 5) Reducir los niveles de tabaquismo.
- 6) Contar con buen manejo médico, psicológico y emocional en las personas con pérdida de la audición.
- 7) Buen manejo de la depresión, diabetes y obesidad.
Vivir en pareja nos hace crecer en aspectos importantes de la vida, además de proporcionarnos amor y afecto, nos da beneficios para nuestro cerebro. Cuidar nuestras relaciones sociales y amorosas nos ayuda mantenernos sanos y acercarnos a un estado de felicidad, no los descuidemos que todo forma parte de nuestra vida.
Puedes realizar una donación a este blog aquí…
¡Gracias!
- Entrevista: Los efectos psicológicos de ver futbol - 24 de enero de 2023
- Entrevista: ¿Cuántas horas sin dormir pueden causar la muerte? - 3 de diciembre de 2022
- Reportaje: Dentro y fuera de la cancha el fútbol tiene beneficios - 29 de noviembre de 2022