La salud mental en el teatro

ABRIL 23, 2018



Como toda actividad humana la comunicación es la base del intercambio de ideas, emociones y experiencias. Es la base del crecimiento que permite un aprendizaje gracias a la recolección de vivencias de otros. A partir de ahí surgen numerosas expresiones de comunicación como el canto, la literatura y por supuesto, el teatro. Desde la época de los griegos, el teatro ha sido una herramienta muy efectiva para comunicar un mensaje de forma lúdica e interesante, ya sea con propósitos religiosos, políticos, sociales o meramente de entretenimiento.

En el fenómeno de la comunicación, el mensaje a transmitir y las emociones involucradas deben guardar un delicado equilibrio para lograr la eficacia de ésta. Cuando se trata de comunicar dentro de un ámbito particular como resulta en la divulgación científica, la dificultad de la transmisión de un mensaje efectivo, claro y lúdico se hace más complejo. No son abundantes las obras teatrales con este perfil en comparación con la literatura y el cine. Así que cuando se cuenta con una obra teatral en donde no se desvirtúa el mensaje, no se cae en el árido sensacionalismo y se logra transmitir un conocimiento científico de calidad, no sólo la obra es digna de elogiarse, sino de promover que una importante audiencia tenga la oportunidad de apreciarla. En este sentido, la obra teatral del reconocido actor Ari Telch titulada D’Emente es un ejemplo de la buena mezcla de entretenimiento, comunicación efectiva e información médica precisa sobre un tema que concierne a todos.

Ari Telch y Alfonso Cárcamo, escribieron la obra D’Emente basados en la experiencia de vida del actor al reconocer públicamente que padece de un trastorno psiquiátrico. A través de dos actos, por medio de múltiples personajes y experiencias, muestra poco a poco el “sutil o burdo” universo de las enfermedades mentales. Su principal preocupación es comunicar que estos trastornos constituyen un espectro muy amplio de manifestaciones que podemos confundir con una “normalidad”. No se trata de estigmatizar, ni de encontrar culpables, no es un asunto de burla o de morbo, es una verdad desagradable que requiere de conocimiento y atención profesional. A través de todas las experiencias que la bipolaridad le ha dejado a Ari Telch, se muestra altamente sensible ante lo que una persona con cualquier padecimiento psico emocional, siente, necesita y busca en la espiral de su vida.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, una de cada diez personas a nivel mundial, en un momento determinado de su vida, han padecido o padecerán algún tipo de trastorno mental. Por supuesto no es un tema de poca importancia y debería tener mucha mayor atención por parte de los sectores políticos, económicos y sociales del país. Los trastornos mentales pueden tener distintas manifestaciones que van desde el estrés hasta la depresión, el trastorno afectivo bipolar, la esquizofrenia y otras psicosis, la demencia, las discapacidades intelectuales y los trastornos del desarrollo, como el autismo. Los trastornos mentales deben ser tratados por medio de manejo especializado a través de médicos psiquiatras, además de contar con apoyo psicológico y terapéutico.

Ari Telch en D’Emente recorre la relación de las enfermedades mentales y los cambios que pueden ocurrir en el cerebro, las emociones y la conducta. Vale la pena destacar que la información que Ari Telch comparte, está cuidadosamente seleccionada y es científicamente adecuada, sin caer en la clásica trivialización llena de imprecisiones que incluso muchos profesionales considerados ellos mismos como “expertos” transmiten.

¡Vaya una muy sincera felicitación por hacer de la obra D’Emente un éxito al llevar la salud mental al teatro!



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