Entrevista: Redes de contención contra la violencia

Entrevista en periódico El Debate

Ante la violencia que se vive a diario, la sociedad tiene un papel fundamental creando redes de contención que contribuyan a frenar actos agresivos y denunciarlos.
Periódico el Debate

En la medida en que los individuos de una sociedad  se regulen unos a otros será posible controlar fenómenos sociales como la violencia, afirma catedrático de la UNAM
POR MARÍA SÁNCHEZ
18/12/2019 – 13:40 HS

Sinaloa.- La violencia es considerada por la OMS como un problema creciente de seguridad ciudadana, al mismo tiempo que agrava las diferencias sociales y se configura como un problema de salud pública, siendo de interés de las organizaciones mundiales erradicarla. Sin embargo, es un fenómeno difícil de explicar, así como su erradicación. Los fenómenos de violencia son complejos y abarcan diversas esferas, hablando de que existe una ecología de la violencia, donde los individuos son parte esencial para erradicarla. 

¿Qué es la violencia? 

Es posible definir la violencia como el uso intencional de la fuerza física, realizar amenazas contra uno mismo, contra otra persona, un grupo o una comunidad, y puede tener como consecuencias traumatismo físico, daños psicológicos, problemas de desarrollo o la muerte, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). La violencia se desarrolla desde la esfera individual, hasta en la comunitaria y social, donde por circuito retroalimenta a los individuos. 

Víctor Manuel Rodríguez Molina, experto en neurofisiología de la UNAM, señala que cuando un individuo se desarrolla en un ambiente desfavorable para la convivencia pacífica o no violenta, es probable que en algún momento este individuo reproduzca patrones de violencia que no sean vistos como algo negativo porque se han vuelto «normales»: «Hemos tenido, estudios donde los niños en su desarrollo, por ejemplo, con sus compañeros, siguen el patrón que ven en la televisión o que ven en la familia, un patrón que puede escandalizar, porque son cosas negativas; pero para el niño puede ser algo normal, porque él así lo está aprendiendo», comentó el investigador en entrevista para ELDEBATE. 

Salud psicoemocional y psiquiátrica 

Víctor Manuel Rodríguez subrayó que, dada la situación que se vive en México, es necesario que haya más servicios de salud encaminados a atender a víctimas: «Requerimos más servicios de atención psicoemocional y de atención psiquiátrica; requerimos también en las escuelas se impulsen programas donde el niño aprenda patrones de conducta y requerimos cada uno de nosotros en nuestra sociedad, en nuestra convivencia diaria, tratar de hacer lo que nos corresponde».

El catedrático propone que, en la manera en que los individuos se regulen unos a otros, en ese sentido se podrá tener una red de contención social fuerte para hacer frente al problema generalizado de violencia que se vive en estados como Sinaloa, en nuestro país y en el mundo en general. 

¿Es la violencia falta de empatía? 

Se habla mucho de que para erradicar la violencia es necesario ser más empáticos, pero no necesariamente las personas que ejercen violencia han perdido la capacidad de empatía, sino que se han desarrollado en un medio que no favorece los patrones de colaboración y apoyo entre individuos, así lo dio a entender el especialista, pues considera que la empatía es una capacidad intrínseca al humano: «La empatía es la capacidad que tenemos los seres humanos, las personas, para considerar poder ponernos en el lugar de otras personas, eso lo vamos desarrollando poco a poco desde la infancia, y vamos también teniendo ese desarrollo de capacidades en el que podemos ayudar o mejorar las condiciones de otros partiendo de nuestras necesidades y también al permitir que otros nos ayuden». 

Esta capacidad, desarrollada entre individuos, puede ser replicada a nivel social cuando es practicada por un conjunto de personas, y se va desarrollando desde la infancia, mediante la imitación del comportamiento de sus padres, por ello Rodríguez Molina destacó que es necesaria la concienciación de los padres, que son quienes educan a los niños en el contexto familiar. 

¿Qué pasa en las sociedades violentas?

El investigador habla de que los entornos violentos son aquellos donde se han vuelto tan comunes las situaciones de violencia, que no son medios favorables para el desarrollo de actitudes empáticas: «No es que se haga al sujeto menos empático, sino que va a provocar que los sujetos se rijan por esa norma, y ahora ellos no van a tener tanto desarrollo sobre cómo evitar dañar al otro o cómo tratar de estar en función del otro, entonces se vuelve una sociedad un tanto más centrificada, viendo más por sus propios intereses», aseguró. 

Es entonces que en las sociedades con alta replicación de la violencia se han considerado las actitudes violentas como positivas: «Si la delincuencia, si el robar, si alguna situación negativa se empieza a considerar como un valor, la gente va a poder empezar a desarrollarlo, a normalizarlo, y empezará a tomarlo como un patrón aceptado». 

Solución: contención en red 

Dicha situación se contrarresta teniendo en las sociedades lo que Víctor Rodríguez denomina redes de contención social, donde los individuos se regulan unos a otros y evitan que se realicen situaciones tan simples como tirar basura en la calle hasta las agresiones, maltratos o manifestaciones de discriminación: «En la medida en que la red social empiece a marcarlo como algo que no debe de realizarse, como algo negativo, en esa medida se va limitando; por el contrario, si la red se vuelve laxa, si cada vez se permiten más cosas, podemos ser más permisivos y entrar en un espectro muy amplio de violencia o de decadencia social», explicó. 

¿Cómo se expresa la regulación social?

Esta es la consecuencia de individuos regulándose unos a otros; es decir, crean normas o reglas de convivencia. Rodríguez dice que estas inician por el respeto mutuo entre personas: «Las reglas de convivencia después pueden traducirse en reglas morales, que después pueden traducirse en reglas legales. Entonces, el marco jurídico de un país es el que va a marcar o delimitar todo lo que se puede hacer o no se puede hacer». 

Si bien el especialista mencionó que las leyes son marcos de convivencia forzosos, establecen frenos a los individuos; sin embargo, no son suficientes. Por esto, en escala, la sociedad misma debe regular las situaciones de violencia, así como las comunidades, las familias y los individuos entre sí. 

¿Qué se está haciendo?

En el momento actual estamos viviendo un periodo de observancia de las violencias, determinando sus causas y a la vez apostando por el estado legal, el estado educativo y social, una etapa donde hay que reconocer que las soluciones no se desarrollarán de la noche a la mañana, y el proceso podría abarcar varias generaciones, expone el académico.

Dice que, a pesar de este costo temporal, debe iniciarse y fomentarse dicho proceso, y «eso dependerá de qué tanto se llegue a la raíz del problema, qué tanto se identifiquen las causas del problema y cómo se puedan bloquear, y posteriormente se tendrá que hacer incluso una reconstrucción de todas estas conductas sociales de esta red de contención social para poder restablecer esto. Indudablemente, esto que yo estoy mencionando no es algo que se pueda hacer de manera rápida». 

Razones para fomentar la no violencia

Los ciudadanos en un entorno violento y desfavorable pueden adaptarse a la violencia, además de desarrollar conductas agresivas que perjudican a los demás.

Además, el estrés generado por la violencia puede llegar a ser de una cantidad poco manejable tanto para los niños, como para adultos, que pueden verse sumergidos en trastornos y afectaciones psicológicas, generando un problema de salud pública, debido a los daños tanto físicos, como psicológicos y fisiológicos en los individuos: «Indudablemente, la violencia nos lleva a un problema de salud pública enorme, y también vamos a ver repercusiones en el organismo, como puede darse si el tiempo es suficientemente largo, alteraciones como hipertensión arterial, se puede favorecer el desarrollo de diabetes, se puede favorecer el desarrollo de obesidad; entonces, como estamos viendo, es todo un complejo, no es solamente una cosa, todo dependerá de cuánto tiempo se encuentre sometido alguien ante una situación de este tipo», dijo. 

El médico y doctor especialista en neurociencias mencionó que, si el sujeto se trata de salir de las situaciones estresantes, si lleva una dieta adecuada, si hace ejercicio y se cuida, puede aminorar los daños: «Es algo que es cien por ciento reversible, pero, si no se hace nada, se propiciará un problema de salud pública», lamentó. 

Otra problema que se vive tanto en el estado de Sinaloa como en otras entidades al interior de la República es atender a las víctimas de violencia, en especial a aquellas que han perdido un ser querido y a quienes padezcan de las desapariciones, pues en estas situaciones las personas muchas veces viven duelos complicados: «Cuando hay alguien desaparecido, no se sabe que está muerto, y la persona no va a aceptar de madera inicial que ya murió, porque no tiene las pruebas, porque no lo vio, y el duelo puede alargarse y existen alteraciones que se denominan duelos complicados, donde la pérdida puede llegar a otra serie de problemas, incluyendo la depresión», comentó.

  • 5 billones cantidad en pesos que se sobrepasó y significó el impacto económico de la violencia en México durante el 2018, de acuerdo con el informe del Instituto para la Economía y la Paz (IEP).
  • 10 por ciento cantidad estimada del PIB  que en la región de Latinoamérica se destina a sufragar gastos derivados de la violencia, de acuerdo con la OMS.
  • Conflictos comunes en Latinoamérica: Mayor consumo de drogas ilegales, crece la economía informal, deterioro del entramado social, bajo crecimiento económico, falta de empleos y un auge de la cultura de la violencia, señala la OMS.

¿Qué pasa con la violencia en las redes sociales?

El doctor Víctor Manuel Rodríguez Molina observa que dentro de las redes sociales como Facebook es relativamente fácil llevar a cabo conductas violentas: «Una persona puede tras la pantalla de su aparato resguardarse en un anonimato; es decir, le es muy fácil manifestar cualquier tipo de conducta; él no va ser observado». 

De acuerdo con el investigador, hay estudios que dictan que la conducta de determinados individuos es una en las redes y otra en la sociedad real, pues el hecho de no confrontar cara a cara a quien se agrede, no existe autocensura «esta autocensura está regida por la red de contención social; o sea, si yo estoy sentado en un grupo de varias personas, no me va a ser fácil agredirlas. ¿Por qué?, porque sé que voy a tener una repercusión, pero en la red social me va a ser muy fácil agredirlas, porque, aunque me agredan, no voy a sentir la agresión como persona», explicó. 

Víctor ahondó en que estas situaciones de violencia serán cada vez menos en las redes sociales en la medida que dentro de estas redes los individuos formen redes de contención y haya consecuencias. Por ahora las sanciones son pocas, pero se aspira a que se vaya avanzando en ello.

18/12/2019 – 14:58 

El perfil

Nombre: Víctor Manuel Rodríguez Molina

Nacimiento: Ciudad de México

Profesión: médico e investigador neurocientífico, catedrático y divulgador científico.

Trayectoria: doctorado en el Instituto de Biología III, Universidad de Albert-Ludwigs, Freiburgo,  Alemania. Con reconocimiento Magna Cum Laude. Maestro en Ciencias Biomédicas, con especialidad en fisiología. Se ha desempeñado como investigador, divulgador científico y académico administrativo en la UNAM.


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